Con tan sólo 36 años Sergio Oíarzábal falleció en su casa de Bilbao, el pasado sábado 13 de junio, inesperadamente mientras dormía. Como tantos otros poetas previó su propia muerte: César vallejo, Kavadías o Eduardo Apodaca.
En la introducción de su obra "Delicatessen Underground", Mercedes Acillona, Catedrática de Literatura por la Universidad de Deusto, afirma: ''Sergio Oiarzabal se ha arriesgado y ha alcanzado la arista misma del precipicio de la palabra poética. Como los malditos y los surrealistas, ha llegado al cuerpo a cuerpo de la prosa poética, desamparado de las músicas y el ritmo visual. Su música nace ya con los ojos cerrados, sin páginas ni tintas, al hilo de un salterio que se hunde hasta las raíces del alma''.
Premio Nacional de Poesía Miguel Hernández, se va precisamente en el centenario de la muerte del poeta. De su "Apología de la Iluminación" tuve el inmenso placer de traducir una parte al gallego, con lo cual entré en contacto con la fogosidad y belleza de su poesía, misteriosa, potente, visionaria y a veces extraña.
El barrio de Rekalde llora la muerte del joven poeta, su gran humanidad, su compromiso con el arte poético y con la prosa que comenzaba a despuntar quedan en un triste e impotente vacío.
En la introducción de su obra "Delicatessen Underground", Mercedes Acillona, Catedrática de Literatura por la Universidad de Deusto, afirma: ''Sergio Oiarzabal se ha arriesgado y ha alcanzado la arista misma del precipicio de la palabra poética. Como los malditos y los surrealistas, ha llegado al cuerpo a cuerpo de la prosa poética, desamparado de las músicas y el ritmo visual. Su música nace ya con los ojos cerrados, sin páginas ni tintas, al hilo de un salterio que se hunde hasta las raíces del alma''.
Premio Nacional de Poesía Miguel Hernández, se va precisamente en el centenario de la muerte del poeta. De su "Apología de la Iluminación" tuve el inmenso placer de traducir una parte al gallego, con lo cual entré en contacto con la fogosidad y belleza de su poesía, misteriosa, potente, visionaria y a veces extraña.
El barrio de Rekalde llora la muerte del joven poeta, su gran humanidad, su compromiso con el arte poético y con la prosa que comenzaba a despuntar quedan en un triste e impotente vacío.
Tuve la buena suerte de conocerlo, y la mala suerte de no entenderlo.
ResponderEliminarMe ofrecio su amistad, su inteligencia y su idelaismo, y yo lo acepte hasta q descubri q era humano.
Alli donde estes, gracias y lo siento Sergio.
Tu amigo q t fallo, Iker
Tuve la suerte de conocerle y la mala suerte de no entenderlo.
ResponderEliminarMe ofrecio su amistad, su inteligencia y su idealismo, y yo lo acepte hasta q descubri q era humano.
Alli donde estes gracias y sobre todo lo siento.
Tu amigo q te fallo, Iker
No conozco su obra, pero me impresiona tanto el texto de Mercedes Acillona que has puesto como la juventud del poeta. La muerte antes de tiempo es lo peor. Besos, querida amiga.
ResponderEliminar