Lorca 11. La noche más larga es una antología dirigida por María Jesús López Rodríguez & Isabel Amat Ocón en homenaje a las personas fallecidas y afectadas por el terrible terremoto acontecido en Lorca el pasado 11 de Mayo. Autores como Andrés Neuman, Luis García Montero, Vicente Gallego, Carlos Marzal, Elena Escribano, Rafael Correcher, Ricardo Bellveser, Eloy Sánchez Rosillo, Ana Noguera, Antonio Cabrera, Jesús Munárriz, Antonio Porpetta, Arturo Tendero, Blas Muñoz, Elena Torres, Juan Ramón Barat, José Iniesta, José Saborit, Rosa María Vilaroig,...y un largo etcétera, (más de un centenar) rinden un homenaje poético a tan trisye acontecimiento en esta obra con fines benéficos.
Esta es mi pequeña aportación:
Su sonrisa, la de ella
era como una fábula...
pero sus palabras, la de él
no se enteraban de esa dulce encuesta.
(Mario Benedetti)
LORCA.
Ella hacía el café
al compás de aquella luz de la mañana
mientras le daba vueltas
a la noche reciente,
quieta junto a él.
Al abrir la nevera, reparó
en aquel imán de París con su torre.
Días de vino y rosas
en habitaciones cutres de hotel
con una botella al fresco en la ventana
el amor rezumando por los poros
y las esquinas
se estiraba
como el crespúsculo detrás de los visillos.
Él salió a la calle
después del desayuno,
algo frío,
ya en la calle sintió un desasosiego,
tal vez debería hablar con ella
-de hoy no pasa- , se dijo.
Ella sintió también
aquel desasosiego, como una punzada
tibia
cuando él cerró la puerta
casi sin despedirse.
Al regresar,
él sólo encontró escombros
y aquel imán,
que aún permanecía milagrosamente
pegado a la nevera
como aquellos días de vino y rosas
perdidos en el aire.
Ella no estaba.
Mila Villanueva.
Esta es mi pequeña aportación:
Su sonrisa, la de ella
era como una fábula...
pero sus palabras, la de él
no se enteraban de esa dulce encuesta.
(Mario Benedetti)
LORCA.
Ella hacía el café
al compás de aquella luz de la mañana
mientras le daba vueltas
a la noche reciente,
quieta junto a él.
Al abrir la nevera, reparó
en aquel imán de París con su torre.
Días de vino y rosas
en habitaciones cutres de hotel
con una botella al fresco en la ventana
el amor rezumando por los poros
y las esquinas
se estiraba
como el crespúsculo detrás de los visillos.
Él salió a la calle
después del desayuno,
algo frío,
ya en la calle sintió un desasosiego,
tal vez debería hablar con ella
-de hoy no pasa- , se dijo.
Ella sintió también
aquel desasosiego, como una punzada
tibia
cuando él cerró la puerta
casi sin despedirse.
Al regresar,
él sólo encontró escombros
y aquel imán,
que aún permanecía milagrosamente
pegado a la nevera
como aquellos días de vino y rosas
perdidos en el aire.
Ella no estaba.
Mila Villanueva.
Todos aquellos que deseen colaborar en beneficio de los afectados, pueden hacerse con la obra en la siguiente dirección:
"librolorca11@hotmail.com".
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