Es ese momento en que parecen haberme abandonado todas las palabras. Quizá se han ido a tierras más cálidas. Con sus alas desplegadas surcan países lejanos. Extraños.
Fugitivas.
Ya no suena en mi oído ee ritmo de
campana,
de latido
o de cristal
y ni siquiera el silencio es útil.
Todos los sonidos huyeron
Fugitivas.
Ya no suena en mi oído ee ritmo de
campana,
de latido
o de cristal
y ni siquiera el silencio es útil.
Todos los sonidos huyeron
-
con su fértil equipaje
-
mientras yo me acomodo en el tedio.
y mis manos
en la blancura del papel,
permanecen inútiles,
lívidas
muertas.
y mis manos
en la blancura del papel,
permanecen inútiles,
lívidas
muertas.
MV
Maravillosa contradicción. Un abrazo, mila.
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