domingo, 14 de marzo de 2010

El Milagro.


Observar la naturaleza siempre ha sido y será fuente de inspiración tanto para los grandes haijines como para los poetas de todos los tiempos. Su belleza, sus contrates, sus continuos cambios, no dejarán nunca de emocionarnos y sorprendernos. Pero si vamos más allá, si practicamos el continuo arte de la contemplación como lo hacen los lamas tibetanos y muchos monjes denominados "contemplativos" entonces viviremos inmersos en una fuente inacabable de prodigios. Los cabalistas denomina a este estado "La expectativa" y es así que a cada instante podemos deslumbrarnos por continuos milagros que la Madre Tierra nos ofrece como la cosa más simple.

Esta reflexión la hice después de recibir un regalo. Un hermoso regalo de Esperanza, poeta y compañera de taller. Y subrayo lo de poeta, pues su mirada llega hasta el prodigio y lo capta en su cámara, con naturalidad, con la misma naturalidad que me lo entrega.

Gracias Esperanza por tu regalo, por tu sensibilidad, por tu arte.
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La foto es mi regalo...dice pero el poema ya estaba escrito (refiriéndose a Olmo Viejo de Antonio Machado)


1 comentario:

  1. Cuando contemplamos la naturaleza, no solo vemos, sino que sentimos de otro modo y eso nos acerca, Mila eres genial. Machado , Serrat ,tu que has sentido también ese milagro.

    Un beso.

    Esperanza.

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