jueves, 9 de abril de 2009

Antecedentes

Creo que mi adoración por las letras surgió ya en el vientre de mi madre. A ella siempre le gustó leer. No tenía estudios y apenas sabía escribir pero hasta donde yo recuerdo ella siempre leía.

A veces nos comentaba lo que estaba leyendo y su descripción era tan detallada, tal sutil, tan profunda, que para sí la quisieran muchos narradores.

Lo mismo ocurría cuando iba al cine.

La recuerdo planchando su traje de organza con una enorme plancha de carbón. También recuerdo su brazalete con una piedra de ámbar que llenaba de destellos la habitación y su reloj de pulsera con un tictac casi inaudíble.

Recuerdo como se pintaba los labios mirándose en un espejo de plata ovalado que a mi en fascinaba.

Después ella salía de casa del brazo de mi padre.

A la mañana siguiente me dejaban bajo la almohada una barra de caramelo larga de muchos colores. Supongo que quizá de ahí surgió mi pasión por el color. Aquella barrita de caramelo se llamaba "Melena" y era todo un poema visual.

En el desayuno mi madre, en la cocina, comentaba la película con mis hermanos mayores.

Yo asistía a al escena sentada en un pequeño banco de madera, arrimada al calor de una cocina económica negra como el azabache.

Mi madre había penetrado en la piel de todos los personajes y relataba el film desde todos los puntos de vista. A veces hacía una larga pausa y mis hermanos se ahogaban en la intriga.

No dejaba atrás la fotografía, el ritmo, la música o los primeros planos y hacía un exhaustivo juicio crítico tanto del guión como del trabajo de todos los actores

Y así me alimentaba doblemente en las mañanas de aquella cálida cocina incluso sin ser consciente de ello.

3 comentarios:

  1. Hola Mila, muy bonita la historia. Es super entrañable. Un besete, lou

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  2. Hermoso relato, Mila. Muy afectivo.

    Un consejo: revisa los textos antes de publicarlos. Hay muchos saltos de letras y cambios silábicos. Todavía puedes corregirlos.

    Un abrazo. Bienvenida al ciberespacio y suerte en tu nueva singladura.

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  3. Enhorabuena por tu espacio, con estos antecedentes no me extraña que tus palabras traspasen la pantalla y nos embriaguen.
    Un beso

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